
Aquel irritante pitido suena cada día, sin falta, a las
siete en punto. Empieza en un tono bajo, un aviso, un ligero zumbido que se va
haciendo cada vez más y más audible. Da igual lo que intentes. El sonido atraviesa
cualquier obstáculo y se introduce por tu oído, llega al tímpano y recorre cada fibra de tu cuerpo. Hace que te
retuerzas por dentro, interrumpe
cualquier sueño, sin importar lo placentero y satisfactorio que pueda estar siendo
y te obliga a salir de la cama, llegar hasta la mesilla y buscar a tientas el
maldito botón que acabará definitivamente con tal sufrimiento. Y cuando por fin
lo consigues, cuando la tortura ha cesado, te das cuenta de que nada es real.
Escuchas la alarma y todo empieza de nuevo, porque todo era un sueño, uno de esos
sueños crueles y retorcidos que duplican esa pequeña dosis diaria de tormento.
¡Hola! Me ha gustado el relato.
ResponderEliminarUn beso.
¡Muchas gracias!
EliminarBesos^^
Goolgle siempre enseñándonos cosas xD Muy chulo el relato.
ResponderEliminarBesos.
Buen relato,nos leemos;)
ResponderEliminarBuen relato,nos leemos;)
ResponderEliminarQue bonito, me ha gustado mucho :P
ResponderEliminarBesos
Buen relato, corto pero original! Yo también tengo un blog en el que algunas de las entradas son pequeños relatos. Te invito a pasarte!
ResponderEliminarhttp://mimundoymisideas.blogspot.com.es/
Saludos
Neus
¡Hola!
ResponderEliminarMe llamó la atención el título de este relato y la verdad es me gustó bastante.
Felicidades.
Besos